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Monday, February 7, 2011

El perro perfecto.


El Perro Perfecto.
Katie Styer

            Había una vez tres hermanas que eran hijas de un pastelero. Su madre murió cuando las niñas eran jóvenes, y su padre se casó con una mujer no muy amable. Un día, la madrastra les dijo "Vale, ya Uds. son mayores, pueden marcharse de la casa." Y las tiró a la calle con solamente los zapatos y la ropa que llevaban puesta.
           Afortunadamente las chicas tenían una madrina muy amable, con poderes mágicos y le dio a cada una un don: a la mayor le dio la belleza, a la del medio le dio inteligencia, y la chiquita le dio….un perro chihuahua.
 En poco tiempo, la mayor se casó con un hombre rico y simpático, y vivían en un hogar muy cómodo. La hermana del medio se trasladó a Nueva York donde era exitosa como autora y actriz. ¿Y la pobre jovencita? Pues, cuidó muy bien el perro, aunque no tenía ni idea porque el hada madrina se lo había dado. La vida no era tan fácil para la joven como la de sus hermanas. A veces, no había comida suficiente y los dos tuvieron que comer Ramen Noodles para la cena.
A la chica le gustaba hablar con su perro mientras limpiaba su modesto apartamento, o buscaba trabajo en el Internet. Un día, como era usual habló a su perro y le dijo que le gustaría tomar clases de baile, pero eran demasiados caras. De repente, el perro le dijo, "eres buena chica, no te preocupes. Lo que necesitas hacer es llevarme a tu clase, y solucionamos todo."
           La chica hizo exactamente lo que el perro pidió, y cuando llegaron a la sala de baile, el perro preformó una variedad de trucos lindos, como caminar en sus patas traseras, y hacer juegos y malabares con monedas utilizando solo su nariz. Los dueños del estudio de quedaron tan impresionados que le ofrecieron clases gratis a la chica.
         En pocos meses, y con mucha practica, la chica se convirtó en una gran bailarina. Decidió hacer una gira mundial con su perro, quien formaba parte de sus rutinas de baile. Mucha gente ofreció comprar el perro para muchísimo dinero, pero la chica siempre negó. Sería como vender un miembro de su familia. Una vez, estuvieron bailando en un país lejano cuando un príncipe rico de una nación pequeña la vio, y se enamoró de la chica. Los dos se casaron y la chica se pudo jubilar y trabajar como maestra de baile, gracias a la ayuda de su perro fiel.

El fin

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